sábado, 16 de noviembre de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
viernes, 26 de julio de 2013
El niño Jorge. Cuento de Leonora Carrington
El niño Jorge
A Jorge le gustaba comer la pared de su cuarto.
—¡No lo hagas! —le dijo su papá.
Pero el niño Jorge siguió comiendo pared.
Su papá fue entonces a la farmacia y le compró un frasco de pastillas de pared.
Jorge las comió todas y le creció una casa en la cabeza.
Era feliz jugando con la casa.
El papá se puso muy triste porque le decían:
—¡Qué niño tan raro tiene usted, señor!
(Cuento de Leonora Carrington)
A Jorge le gustaba comer la pared de su cuarto.
—¡No lo hagas! —le dijo su papá.
Pero el niño Jorge siguió comiendo pared.
Su papá fue entonces a la farmacia y le compró un frasco de pastillas de pared.
Jorge las comió todas y le creció una casa en la cabeza.
Era feliz jugando con la casa.
El papá se puso muy triste porque le decían:
—¡Qué niño tan raro tiene usted, señor!
(Cuento de Leonora Carrington)
jueves, 25 de julio de 2013
Humberto el bonito. Cuento de Leonora Carrington
Humberto el bonito
Humberto, el niño más bonito de toda la ciudad, tenía ojos
azules y chinos dorados.
A pesar de que era muy bonito también era muy antipático. Le
gustaba, por ejemplo, echar ratas en las camas de sus hermanas para hacerlas
llorar.
Un día, su
hermana Rosa puso un cocodrilo en su cama…
-¡Ayyy!
¡Qué miedo! –gritó Humberto-. ¡Hay un cocodrilo en mi cama!
Pero
Humberto era tan bonito que el cocodrilo, en vez de atacarlo, le sonrió
alegremente.
Desde entonces, Humberto y el
cocodrilo son grandes amigos y, por supuesto, ahora el niño es todavía más
antipático, pues siempre va a todas partes con él.
(Cuento de Leonora Carrington)
martes, 23 de julio de 2013
Jerónimo. Cuento de Leonora Carrington
Jerónimo
Jerónimo
era hijo del licenciado.
Le gustaba
hacer agujeros en el sofá.
Parecían
bocas.
Jerónimo
les daba comida a los agujeros del sofá.
Pan con
mantequilla, tocino, espinacas y taquitos de carne.
Los
agujeros se volvían bocas cada vez más.
Les crecieron dientes, para
masticar la comida.
Un día se le olvidó a Jerónimo
dar de comer a los agujeros del sofá.
Uno se enojó y mordió al licenciado,
cuando éste se sentó a leer el periódico.
-¡Ahora verás! – le dijo el
licenciado.
Y mandó coser todas las boquitas.
Sólo podían decir: “Mmmm”…
Entonces Jerónimo hizo un agujero
muy chiquitito debajo del sofá y por ahí le empujo vitaminas.
El sofá se puso muy flaco, pero
creció de las patas.
Ahora nadie alcanza a sentarse
encima.
Solamente el loco que tiene alas.
Tampoco se puede limpiar.
Está muy alto.
(Cuento de Leonora Carrington)
lunes, 22 de julio de 2013
Juan sin cabeza. Cuento de Leonora Carrington
Juan sin cabeza
El niño Juan tenía alas en lugar
de orejas. Se veía raro.
-¡Miren mis
orejas! -decía, y la gente se espantaba al verlo.
A
Juan le gustaba mover las orejas por las noches, y una vez
las movió tanto que su cabeza salió volando por la ventana.
Juan se
quedó sin cabeza y no pudo llorar, pues ésta se había quedado con sus ojos.
Entonces se levantó y corrió detrás de ella, pero la cabeza se fue saltando de
árbol en árbol como si fuera un pichón.
La
mamá del niño, que miraba por la ventana, lo vio correr.
-¿A
dónde vas, Juan?
-Es
que se fue mi cabeza.
-¡Qué
desgracia! -exclamó la pobre mujer.
-¡Ja
ja ja! -la cabeza reía mientras volaba, y por más que Juan corría no podía
alcanzarla.
-Présteme
su lazo, señor -dijo Juan a un hombre.
-Sí,
niño -le respondió.
Y
con el lazo pudo por fin pescarla.
Juan
volvió muy cansado a casa con la cabeza brincando detrás, fuertemente amarrada
al lazo.
-Mamá
-dijo Juan-, pégame la cabeza.
Y
su mamá se la pegó en los hombros con chicle, pero como era de noche se la pegó
al revés.
-Que
no se te vuelva a escapar la cabeza, hijo -dijo su mamá.
Y a partir de entonces Juan tuvo mucho
cuidado cuando movía las orejas. (Cuento de Leonora Carrington)
viernes, 5 de julio de 2013
sábado, 29 de junio de 2013
miércoles, 23 de enero de 2013
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